Visita Florencia en un día. En primer lugar, decir que visitar una ciudad como Florencia en un día, es una tarea casi imposible. Hay tanto que ver, tantos museos que visitar, tantas calles por las que simplemente pasear disfrutando de la belleza de cualquier edificio, que estar tan solo un día en esta maravillosa ciudad te va a dejar un sabor agridulce: te encantará pero te sabrá a poco.
Pero, en fin, si solo dispones de un día para verla te voy a dar unas cuantas indicaciones para guiarte en tu visita y que no te pierdas lo imprescindible.
Puedes empezar por visitar la plaza de la catedral de Santa Maria del Fiore o Duomo. La catedral de Florencia es una de las más espectaculares del mundo. Constituye todo un conjunto arquitectónico en el que puedes visitar varios edificios. La catedral en sí, impresionante (un consejito: no lleves shorts ni tirantes porque no te dejarán pasar). El Campanile, una torre desde la que podrás disfrutar de unas espectaculares vistas. El Baptisterio, la iglesia de bautismo que se encuentra delante de la catedral y que merece una visita para poder admirar el interior de su magnífica cúpula y sus Puertas del Paraíso, que, aunque son una réplica, son realmente fabulosas. Y por último, la visita a la grandiosa cúpula de Brunelleschi. Si no sufres de vértigo es una visita espectacular en la que podrás ver los frescos de la cúpula al alcance de tu mano, observar cómo está hecha la cúpula por dentro y subir al mirador que se encuentra en el remate de la cúpula desde donde disfrutarás de una panorámica de toda la ciudad.
No demasiado lejos de la plaza del Duomo se encuentra la Basílica di Santa Croce. Es una iglesia preciosa, del mismo estilo de la catedral por fuera y muy bonita por dentro. Desde mi punto de vista su interior es el más bonito de todas las iglesias de la ciudad. En ella se encuentran las tumbas de Galileo Galilei, Miguel Ángel y Dante, entre otros.
Otra visita obligada es acudir a La Gallería dell’Accademia para ver el David de Miguel Ángel. Quizá fue la visita de Florencia que más me emocionó, es impresionante. Desde luego vale la pena ver esta magnífica escultura en persona. Eso sí, las colas son interminables, por lo que te recomiendo, al igual que para visitar la Galleria degli Uffizi, sacar la entrada con antelación a través de Internet, pues aunque salen un pelín más caras te evitas colas de aproximadamente dos horas.
Como con estas visitas seguramente ya se te ha hecho la hora de comer una buena opción es parar en alguno de los restaurantes y trattorias que hay repartidos por todo el casco antiguo de la ciudad. Eso sí, observa primero la carta desde fuera para evitar sorpresas. Y por supuesto, no dejes de degustar una buena pizza, un buen plato de pasta de cualquiera de las mil maneras que la cocinan y una buena “Bistecca Fiorentina”, una carne que elaboran simplemente a la brasa o a la plancha pero que está deliciosa.
Por la tarde puedes visitar una de las plazas más bellas del mundo: la famosa Piazza della Signoria. En ella está el Palazzo Vecchio, un precioso edificio medieval que acoge el Museo dei Ragazzi y las oficinas del Ayuntamiento y donde se encuentra el magnífico Salón de los Quinientos, donde se reunían los hombres que conformaban el gobierno de la ciudad en el siglo XV.
Al lado del Palazzo de la Signoria se encuentra la Galleria degli Uffizi. Se trata de uno de los museos más importantes del mundo y alberga algunas de las pinturas más famosas de todos los tiempos como El Nacimiento de Venus de Botticelli, La Coronación de la Virgen de Fra Angelico, La Anunciación de Leonardo da Vinci, y otras obras de estos y otros autores como Giotto, Filippo Lippi, Miguel Angel, Tiziano o Caravaggio. Si vas solo un día no te dará tiempo a visitar la Galería, puedes guardar esta opción para una visita posterior.
Para merendar te recomiendo degustar un buen helado italiano. Los tienen de mil sabores diferentes (el de chocolate es mi preferido) y están absolutamente deliciosos.
Después es un buen momento para pasear por la calle que lleva desde el Duomo al Ponte Vecchio. Está llena de tiendas maravillosas, artistas callejeros (no hay que perderse el señor que imita a Chaplin en la Piazza de la República) e incluso hay un mercadito donde poder comprar algún producto de estupenda piel italiana. Al lado del mercadito está el Porcellino, una escultura de un jabalí al que hay que colocarle una moneda en la boca y si se desliza dentro de una ranura que hay en el suelo, eso significa que volverás a Florencia.
Por último, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad y que de ninguna manera puedes perderte es el Ponte Vecchio. Es un puente que cruza el rio que pasa por la ciudad, el Arno, y es uno de los símbolos de Florencia. No es un puente tradicional puesto que a ambos lados hay una serie de tiendas de origen medieval que en su momento eran carnicerías y en la actualidad son joyerías. El Ponte Vecchio es espectacular, no solo desde dentro, sino que su vista desde cualquiera de los otros puentes de la ciudad también es fabulosa.
Por supuesto, nos dejamos en el tintero visitas como el Palazzo Pitti, la iglesia de Santa Maria Novella, diversos museos y muchas calles por recorrer. Es decir, que hay que volver a Florencia y, a ser posible, con más tiempo. La ciudad lo merece.
¡Hasta pronto Florencia!
Visita Florencia en un día
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